Un “hospital” japonés acoge peluches dañados o que han perdido sus partes para ser reparados, o más bien, “sanados”. Las fotografías de su terapia revelan la inmensa delicadeza que pone el equipo en su trabajo.
Para un niño o una niña, que su peluche favorito pierda su relleno o una patita, es un drama de magnitud universal. ¡Qué guerras mundiales o desastres atómicos! Cuando a ese conejo rayado con el que duerme hace dos años se le rompe su oreja derecha, la vida pierde todo sentido. Y sus padres harán lo imposible por repararlo. ¿Recuerdan su peluche regalón de la infancia?
Hace un tiempo, les contamos de una creativa campaña japonesa que trasplantaba las partes dañadas de un juguete por la de otro, para incentivar las donaciones de órganos. También de una agencia de viajes especializada para peluches. Hoy son de nuevo los japoneses: han creado un hospital especialmente diseñado para sanar a los peluches favoritos de los niños que han sufrido alguno que otro contratiempo. Y todo el proceso queda registrado en geniales fotos.
Niugurumi Byouin se jacta de ofrecer tratamientos de «altos estándares», pues cuenta (metafóricamente hablando) con instalaciones médicas de gran nivel, cuidados avanzados, doctores muy hábiles y enfermeras que miman y cuidan a sus pacientes con especial dedicación. Y eso que no siempre se trata de un simple refresh o lavado después de unas vacaciones todo terreno, a veces hay que afrontar operaciones complicadas, en que los pacientes son sometidos a cirugías abiertas y reemplazo de vísceras de algodón. Para eso, el hospital deposita su confianza en profesionales de lujo, expertos en sutura y reparación.
Los ya más de 800 pacientes que el hospital ha atendido desde que abrió y que ingresan tras previa reserva, permanecen en las instalaciones, en promedio, unas tres semanas, donde son sometidos a terapias que los dejan “nuevecitos de paquete”. Al llegar, el dueño debe crear una ficha en donde se ingresa toda la información del nuevo interno, lo que incluye un “episodio inolvidable” de su vida. Luego, el paciente es sometido a una revisión completa de parte del doctor Inono (otro peluche), quien decide si el paciente debe irse a cirugía o tratamiento.
El costo aproximado del servicio es de unos 40 dólares ($26.500), pero la verdad es que todo depende del servicio que se le preste al peluche y de si debe o no ser transportado vía postal, como en el caso de pacientes que residen fuera de Osaka o fuera del país (sí, un chileno puede enviar a su peluche a Niugurumi Byouin, el tema es que el sitio web está en japonés y los detalles se nos escapan).
¿Qué les parece la idea?